domingo, 12 de septiembre de 2010

My downfall.

Empezó algo raro palpitando... No recordé al principio que era, solo lo dejé ser.

Después comenzó a hacerse muchísimo más fuerte, y quería salirse de mi pecho, luchaba por que lo notara, y cuando al final lo noté, se tranquilizó.

Trataba de ignorarlo, de acicalarlo, de decirle que dejara de hacer tantas maromas en mi pecho, pero nunca me hizo caso...

Se tranquilizó, sí, pero después de un rato comenzó con su baile otra vez...

Pretendía hacerle saber que ya sabía que quería decirme que estaba ahí, que yo ya me había dado cuenta de su existencia, que yo lo conocía desde antes, pero era mentira y lo sabía... Sabía que yo lo conocía, pero no acordarse de algo, es como no conocerte ni a ti mismo.

Entonces lo acepté, pero algo en mi cabeza me reprendía la tranquilidad, no podía aceptarlo así nomas... Tenía que volver a iniciar el proceso de conocimiento y confianza, pero me tomó desprevenida, ya no me concentraba en otra cosa, ese palpitar me tenía cabeza abajo.
Era tan agobiante, que no pensaba en mí, ya no era yo... Eramos yo y ese famoso palpitar, tan molesto, sí, me molestaba mucho, porque no me dejaba en paz, si lo dejaba ser, no podía ser yo... Me dominaba.

Era tan caluroso y frío a la vez, ¿tú sabes como es eso?, tener dos temperaturas en la mente, ver colores a lo tonto, y tener que soportar toda una bola de sentimientos en el pecho... TODO JUNTISIMO, YA NO EXISTÍA !!!!!!!! FUERON DEMASIADAS VIBRAS!!


Pasaron los días, hasta que me acostumbré, al palpitar... Seguía sin saber que era.

Y ahora había algo más que tenía que hacer: descifrarlo.

Pero no podía concentrarme en dos cosas, estaba ese palpitar y estaba una persona...

Todavía al recrearlo escribiendo sobre eso, puedo sentir ganas de llorar y coraje, y tristeza e inquietud, de no saber dónde estoy, tampoco dónde vengo o a dónde voy, en momentos así me siento sin rumbo y el palpitar ya no palpita de esa manera en estos momentos, pero igual sé que en en determinada situación volverá y me duele mucho esperarlo porque no se como actuar, no distingo que es exactamente, y saber que hay una persona que espera que vuelva de mi viaje, me hace sentir todavía peor...

Cada día que intento ser diferente, creyendo ingenuamente que ya no habrá nada que podrá causarme dudas, de mi no, porque nunca podré saber que es exactamente lo que esa persona siente por mi... A veces es como si volara demasiado alto, y yo se que se siente haber volado así de alto antes, pero también sé que se siente de pronto caer al suelo en picada, y golpes imaginarios que duelen más que cualquier lastimadura real.

¿El destino puso todo esto en mi camino?, ¿Qué pretende?, ¿Darme una lección de vida que no pueda olvidar?

Lo consigue, cada lección que viene a mi vida es algo que no puedo olvidar después, se queda grabada como si el disco estuviera rayado, y no puedo hacer nada para arreglarlo.

Me pregunto de que manera se maneja el automóvil emocional, quisiera de verdad tener un control remoto y apagar la transmisión de mis enojos, dónde se muestran, y sacarlos debajo de la cama, los que se esconden, de mí.

Me da una seguridad que siento, a ratos, pero necesito saber de él, y no lo extraño por ratos, lo extraño todo el tiempo, cada minuto y es difícil, cuando una persona se convierte en tu subida y en tu caída, es difícil cuando esa misma persona tiene el poder de con una sola oración, llevarte hasta lo más bajo del subsuelo... Es difícil, duele siquiera pensarlo, mucho más vivirlo e imaginar que así se siente el amor.

Llorar sin razón, sentirse vacía y sola cuando más acompañada estás. Como si siempre buscaras tener más, pero supieras que no lo vas a conseguir... Y quererse morir, cada vez que esto pasa. Enojarse con los que están alrededor, maldecir al corazón porque no se calla...

¿Y el palpitar? es el corazón lastimado, quiere salir y curarse, porque tiene ojos por todas partes y siempre ve lo que no debe.

Lo que no le corresponde, y decirlo, no se atreve.

Así es mi corazón, nunca te dirá porque esta llorando.

No hay comentarios: